Contemplamos nuestra vida

Nos ponemos en Su Presencia, confiando en nuestro Dios Padre y Madre que nos ilumina como el sol, la luna y las estrellas, confiando en la presencia del Espíritu que es como el aire que respiramos y confiando en Jesús vivo entre nosotros como el latido de nuestro corazón.

 

“En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.

Como siempre le pedimos a la poesía y a la música que vayan despertando y templando nuestro corazón,  esta vez con la canción: “La pucha con el hombre” de Raul Trullenque.

La pucha con el hombre

Pablo Trullenque y Carabajal.

 

El hombre nace y muere a veces sin vivir
Camina desde el niño al viejo sin gozar
Eso que el mismo le llama felicidad
Si la tiene aquí la va a buscar allá

Tropieza tantas veces en una misma piedra
Fruta que llega pasa sin madurar.


Si tiene tira quiere tener mucho más
Es un misterio y es de la vida la sal

Tiene alma de guitarra
Encordada de estrellas
Y es una falta envido su corazón.


Solo se diferencia del reino animal

Porque es el hombre el único capaz de odiar,
Pero mientras el hombre
Se asombre llore y ría
Será la fantasía que Dios creo.

 

Es una lágrima de niño y de crespín
Es monte denso copla vida y manantial
Es muy capaz de dar la vida o de matar
Es luz y sombra, tierra arada y arenal

La pucha con el hombre querer ser tantas cosas
Y nunca es más que cuando tan solo es él.


Es un camino que anda solo bajo el sol

Sendero trajinado por sueños de amor
Es un bombo legüero garroteado de chango
con son de vino triste y de carnaval.

 

Los invitamos a repetir alguna frase que nos toca más en este momento. Buscamos que siga resonando esta canción y así nos siga templando el corazón.

 

Tiempo personal:

 

  • El poeta nos dice: “La pucha con el hombre querer ser tantas cosas. Y nunca es más que cuando tan solo es él”.  El poeta nos invita a mirarnos en verdad... porque muchas veces queremos “ser tantas cosas”... pero simplemente estamos llamados a ser humanos, a ser nosotros mismos.
  • Por eso te invitamos a preguntarte...

 

  • Si pudiera detenerme en este momento y mirar en lo profundo de mi corazón:

▪    ¿En qué estoy “gastando”... “invirtiendo” mi vida?

▪    ¿Cuáles son los sentidos profundos que orientan mi vida?

  • ...
  • Una vez que me respondí:

▪    ¿Mi práctica... lo que hago en concreto, está en relación con esos sentidos profundos?

▪    ¿Cómo cuido que esos sentidos profundos no se pierdan?

  • ...

 

  • Si te parece, lo podes escribir.
  • Te proponemos compartirlo. Si estas sol@, lo podes hacer después. 

 

 

 

 

 

 

Reflexión:

 

  • Los sentidos profundos que estuvimos pensando y quizás compartiendo, son una necesidad del corazón para sentir que estamos vivos. Desde que estamos en el vientre de nuestra madre se nos fueron ofreciendo “sentidos” que nos convocan a la vida. Los deseos, anhelos están desde siempre en nosotros, latiendo, como los latidos de nuestro corazón. Son un motor que nos despierta constantemente. Nuestro espíritu tiene sed de infinito como recién cantamos: “Es un misterio y es de la vida la sal. Tiene alma de guitarra encordada de estrellas. Y es una falta envido su corazón”.

 

  • Y también tienen sus desbordes estos deseos: “Si tiene tira (dinero) quiere tener mucho más. El hombre nace y muere a veces sin vivir. Camina desde el niño al viejo sin gozar. Eso que él mismo le llama felicidad. Si la tiene aquí la va a buscar allá”. Nos distraemos muy fácilmente, se nos pierden esos sentidos profundos. Sabemos que vivimos en un sistema, del que somos arte y parte, que constantemente nos está seduciendo, manipulando para caer en sus brazos, buscando “atajos”, felicidades falsas. No es necesario que ejemplifiquemos, porque sabemos bien de qué estamos hablando.

 

  • Nosotros desde Jesús sabemos que estamos hechos para amar, ese es el sentido de nuestra libertad. Y también estamos hechos para seguir creando con el Creador, por eso el trabajo es esencial a la vida humana. Nos olvidamos con mucha facilidad que estamos hechos a “imagen y semejanza de Dios”. Y Jesús ya nos reveló hace 2000 años que nuestro Dios es amar.

 

  • El poeta nos provoca, recordándonos: “Solo se diferencia del reino animal. Porque es el hombre el único capaz de odiar, Pero mientras el hombre, se asombre llore y ría. Será la fantasía que Dios creó”. El odio nos ciega, nos des-humaniza... Pero mientras el ser humano, se “asombre”... esté atento a lo que está aconteciendo cada día, “llore y ría”, esté abierto a recibir la vida como viene, con sus dolores y alegrías, entónces... será “tan solo él”.

 

  • Como dice Galeano: “No queremos vivir una vida indolora”. El dolor es parte de nuestra condición humana... sin caer en el dolorismo, queremos asumir las consecuencias de esta “fantasía que Dios creó”. Aprendiendo a “gozar”, a vibrar con la vida. Ayudar a nuestro corazón a que aprenda a vivir plenamente en tiempos de “invierno” y en tiempos de “primavera''.

 

  • Que podamos aceptar que el ser humano es una lágrima de niño y de crespín (ave). Es monte denso, copla vida y manantial. Es muy capaz de dar la vida o de matar. Es luz y sombra, tierra arada y arenal. Es un camino que anda solo bajo el sol. Sendero trajinado por sueños de amor ”. Y que podamos recordarnos “La pucha con el hombre querer ser tantas cosas. Y nunca es más que cuando tan solo es él”.

 

Esta reflexión, ¿Qué me provoca?, ¿Qué me hace sentipensar?