Primero me gustaría comentar que el curso me resultó ameno y me ayudó a acrecentar el conocimiento y devoción a
María Santísima.
Todos los temas que se abordaron en el mismo, destacan el papel de
María en la historia de la Salvación, quien será siempre la bienaventurada porque oye la Palabra de Dios y la cumple (Lc11,28).
Un tema en particular que me gustó es ver a
María como la “Reina Madre del Rey -
Mesías” (GEBIRA). En los textos proféticos del Antiguo Testamento, que vinculan la esperanza de
Israel a la dinastía davídica (2 Sam 7, ,8-16) la madre del sucesor real se convierte en la depositaria de la esperanza mesiánica, es donde se comprenden las profecías de Is 7,14, así como la de Miq 5, 2, que subraya el papel de la madre en el nacimiento del rey pastor y salvador, que traerá paz a su pueblo.
Es en ese contexto davídico que el evangelio de
Mateo en sus dos primeros capítulos la expresión repetida de “el niño y su madre” recuerda esta imagen de la “reina-madre” tan estrechamente vinculada en la esperanza mesiánica del Antiguo Testamento. Una escena cumbre es la adoración de los magos, en Mt 2, 1-12, donde la ausencia de
José, en la adoración al Niño en brazos de su madre, da realce al rol de maría como Reina Madre del
Mesías.
También el evangelio de
Lucas lleva a ver este papel de
María como Reina Madre, cuando en Lc 1, 32-33 el ángel le anuncia, en términos que se relaciona con Is 7,14.
Lo aprendido lo compartiría con mi familia, en las celebraciones de la Palabra de mi comunidad cuando sea pertinente. En muchas oraciones este rol asignado a
María esta presente acudiendo a ella como “Reina y Madre”, lograr entender su significado más profundo, me lleva a rezarlas descubriendo en esas palabras una inagotable riqueza, que me ayuda en mi vida de fe.