La Escalinata. por Marcelo Aptekmanm
Hoy compartiré algunos comentarios a Gén 28: 10-22.
¿Porqué elijo este texto?
Porque el próximo domingo 16 de Julio será leído en las iglesias y mi esperanza es aportar algo -desde la tradición interpretativa judía- sobre estos versículos.
Una fuente importante de interpretaciones y explicaciones según la tradición judía es la obra Bereshit Rabá (del siglo IV), que incluye algunas historias que, aunque ausentes del relato bíblico, han adquirido -en el seno de la colectividad judía- la misma autoridad que la Biblia.
Lo que haremos nosotros aquí en este blog es guiarnos por el texto de la versión canónica cristiana (que es parecido, pero a menudo diferente a la Biblia Judía), y comentarlo con ideas provenientes de Bereshit Rabá (B.R.) y otras fuentes de la tradición interpretativa judía. Ahí va:
Salió, pues, Jacob de Beerseba, y fue a Harán. Y llegó a un cierto lugar,
Jacob intentaba seguir por su camino, pero según B.R. “el mundo entero se convirtió en una pared frente a él”, y tuvo que detenerse allí. B.R. interpreta la acción “llegó a un cierto lugar” como “rezó”. Dado que esta es la primera vez que la Biblia menciona a alguien rezando al anochecer, B.R. le atribuye a Jacob la creación de la oración nocturna.
Por otra parte, aunque la palabra hebrea Makom se traduce aquí correctamente como lugar, en hebreo bíblico alude siempre a un sitio sagrado, un santuario. Tanto así, que con el transcurso de los siglos Makom se ha vuelto un epíteto de Dios.
y durmió allí, porque ya el sol se había puesto; y tomó una de las piedras de aquel paraje y la puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar. Y soñó: y he aquí una escalera
Esas piedras, aparentemente desperdigadas, le sugieren al tratado B. R. que Jacob tuvo una especie de visión profética del destino cruel que esperaba a los sucesivos Templos de Jerusalem: el primero sería arrasado por los Babilonios (587 a.e.c.) y luego el Segundo por los Romanos (70 e.c.). Cuando dice escalera se refiere a una amplia escalinata. Aunque B.R. ni siquiera lo menciona, lo mismo podría decirse del santuario y Templo de Bet El.
que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella. Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia.
¿Qué significa esa escalinata? Hay muchas interpretaciones posibles, pero en armonía con B.R., podemos decir que representa el recorrido necesario para que el espíritu del ser humano pueda llegar a Dios. Es el tipo de encuentro con el Altísimo al que denominamos: Rezo.
Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente. He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.
Podría pensarse que para la interpretación religiosa judía lo mas importante sería que El Altísimo le promete a Jacob que sus descendientes –su simiente- volverán a la Israel terrenal desde todos los rincones del mundo a los que fueran dispersos, y que declara que todas las familias de la tierra serán bendecidas a través de su progenie. Pero hay una interpretación espiritualmente mas profunda.
Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía. Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible
Algunos, en lugar de terrible, traducimos imponente. Las Sinagogas y las Iglesias son casas dedicadas a que la gente se reúna para –entre otras cosas- rezar, y rezar es recorrer el camino al cielo. Al rezar, andando por la escalinata de palabras, pensamientos y emociones, gradualmente nos sustraemos de los campos de fuerza que atraviesan este mundo y dejamos atrás las sensaciones de lo percibido por nuestros sentidos para adentrarnos mas allá de la creación: en el ámbito del Creador.
Al culminar nuestro ascenso, llegamos a lo que para Maimónides es lo esencial de la plegaria: la Kavannah (la intencionalidad) de estar conscientes de que estamos en presencia de Dios.
Luego, cuando retornamos gradualmente a la conciencia de lo terrenal, tras descender por la escalinata de los rezos, ya no somos los mismos. Al igual que Jacob, hemos visto que ciertamente Dios está en este lugar. Aquí. El cielo no es algún otro lugar, sino que sus puertas se abren en este lugar – aunque estemos solos y asustados- en el que logramos darnos cuenta. Cuando hemos realmente rezado, en lo profundo nos sentimos que: “Seguramente Dios está en este lugar, y yo no lo sabía”.
Es mas: Nosotros podemos transformarnos en agentes y emisarios del Altísimo, ángeles, si –como Jacob- tenemos la habilidad de rezar y el coraje para soñar despiertos.
es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo. Y se levantó Jacob de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera, y la alzó por señal, y derramó aceite encima de ella. Y llamó el nombre de aquel lugar Bet-el,
Bet El quiere decir: casa de Dios. Abraham ya había reconocido al rey de Salem (la futura Jerusalem) como sacerdote de El Elyon, Dios altísimo (Gen 14:18-20), y mas adelante el libro de Reyes insistirá en que el Templo de Jerusalem es el único lugar en el que Dios reside. ¿Porqué entonces Jacob sostiene que la residencia terrenal de Dios está en un sitio que NO es Jerusalem?
Las dos ubicaciones geográficas que parecen competir por ser la residencia terrenal exclusiva de Dios reflejan lo que será la rivalidad entre los dos reinos del pueblo de Israel, ambos descendientes de la simiente de Jacob: El norteño reino de la casa de Israel, y el sureño reino de la casa de Judá (de cuyos habitantes descendemos los judíos). Jacob tiene que ver tanto con el gran Templo construido en Bet El, en tierras del reino de Israel, como con el Templo construido y reconstruido en Jerusalem, en el reino de Judá.
aunque Luz era el nombre de la ciudad primero.
La lectura bíblica sigue, y quedan otros comentarios en el tintero pero, para despedirnos por ahora, veamos cómo la visión de Jacob influyó en la manera judía de rezar. Según el rabino Sir Jonathan Sacks, la liturgia judía a menudo está estructurada de forma simétrica en tres partes: A-B-A, comparables al: ascender (A), estar ante Su presencia (B) y descender (C).
Por ejemplo: Los servicios matutinos comienzan con (a) una serie de Salmos que constituyen una preparación para el rezo. Luego sigue el rezo propiamente dicho (b) constituido por el Shemá, las tres bendiciones y la Amidáh, que se rezan de pie. Luego, para concluir, siguen una serie de rezos (c) que incluyen el Ashrei.
Otro ejemplo es la estructura de la Amidáh misma, la parte central, que comienza (a) con tres párrafos de alabanzas, seguidos por (b) tres párrafos de pedidos y solicitudes, seguidos por (c) tres párrafos de agradecimientos. La dramatización de estos tres momentos consiste en que al rezar la Amidá se dan tres pasos hacia adelante durante la fase (a), equivalente al ascenso y luego tres pasos para atrás durante la última fase (c) que representa el descenso.
La liturgia de los rezos comunitarios judíos ha evolucionado durante muchos siglos, tal vez a partir de los días de Ezra y Nehemías (siglo V a.e.c.) hasta los de Saadia Gaón (Siglo X). La inspiración contínua para que a lo largo de mas de 15 siglos sedimentase esta estructura litúrgica A-B-A está, sin duda, en la visión de Jacob.
Les deseo un feliz y bendecido domingo, y me voy preparando para conmemorar el martes 18 de Julio el aniversario de la bomba a la AMIA, ¡Todavía Impune!