¿Quiénes son los discípulos de Jesús?, por Marcelo Aptekmann
Esta terminando el tiempo navideño. El Domingo 7 de Enero, en las Iglesias se celebra el día del bautismo del Señor. En este día se recuerda lo que sucedió cuando Jesús no quiso omitir el ritual de purificación, y fue bautizado por Juan en el Jordán.
Varios de los textos que se leerán en las Iglesias tienen que ver con el bautismo, y con el misterio del agua. Todos los humanos nacemos en el agua del vientre de una mujer, y los cristianos además renacen a una nueva vida, en el agua de la fuente bautismal.
Pero el leccionario alude a otros significados del agua, mas allá de su función primordial biológica. Isaías 55 nos presenta el agua como bella metáfora de la Palabra de nuestro Creador:
Porque así como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, 11 así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será próspera en aquello para lo que la envié.
Entre los diversos textos del leccionario que -en este día del bautismo del Señor- mencionan al agua, hay uno que elijo resaltar porque quiero compartir una manera de leerlo que me parece particularmente interesante para el diálogo entre judíos y cristianos.
Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad. Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan (1Juan 5:6).
Entiendo que una interpretación válida de este texto podría ser que los que dan testimonio en la tierra por medio del agua y por medio de la sangre son respectivamente los que dan testimonio por bautizarse (agua) y los que dan testimonio por sufrir el martirio (sangre).
Pero otra interpretación -igualmente válida- de estos mismos versículos, podría ser que está tratando de aportar una respuesta al problema que tanto preocupa a las epístolas Joánicas: ¿Quiénes son los discípulos de Jesús?
Considerado desde esta perspectiva, el texto también puede estar diciéndonos que Jesucristo vino mediante el agua (se refiere al bautismo) y mediante la sangre (se refiere a su judeidad, su sangre judía).
Si este último fuera el sentido de la epístola de Juan, entonces estaría diciendo que los no judíos necesitan pasar por el agua (del bautismo) para integrarse con los discípulos judíos, que son los hermanos de sangre de Jesús, que de todos modos suelen purificarse regularmente mediante la inmersión ritual en las aguas (ceremonia religiosa judía que se realiza en la mikváh).
Que tenga una feliz y bendecida semana