"Comienza el camino, con una bendición", por Marcelo Aptekmann
Shalom. El Miércoles 14 de Febrero, comienzan las cinco semanas de la Cuaresma, que para los cristianos son el Camino litúrgico –a través de la escucha de Su Palabra, la oración, el ayuno y la limosna- hacia la Pascua. El recorrido de la cuaresma comienza con el rito de esparcir cenizas sobre el cabello durante los días 14, 15 y/o 16 de Febrero, que tal vez se originó en el rito judío de rasgar las vestiduras y esparcir cenizas sobre el cabello, en señal de duelo.
Hay otros aspectos de la Cuaresma que se vinculan con la fe judía, y comentaré algunos de los que están presentes en las lecturas que indica el Leccionario. De la primera lectura del miércoles de ceniza, resalto el fragmento del libro del profeta Joel (2:12-18), cuando dice: Él es bondadoso y compasivo, lento para la ira y rico en amor, y se arrepiente de Sus amenazas.
El fragmento aplica bien a la historia de Noé: Cuando YHWH ve los malos caminos de la humanidad, inicialmente decide eliminarla, pero finalmente salva a la familia de Noé. Después del diluvio y del sacrificio que hizo Noé (Gén 8:20), YHWH establece una Alianza con Noé, y a través de él, con toda la humanidad. Promete que nunca más destruirá la vida, aunque la humanidad continúe en sus malos caminos. La historia no dice nada de un avance moral y emocional de la humanidad, pero muestra cómo nuestro Creador… se arrepiente de Sus amenazas.
En el contexto inicial del magisterio de Jesús, Su palabra no señala a las sinagogas como antro de hipócritas. Pero sacada de su contexto, esas mismas palabras también pueden ser leídas como que la hipocresía caracteriza a lo que los judíos practican en las sinagogas. Esa lectura, descontextualizada, reniega que las enseñanzas de Jesús fueron impartidas a sus discípulos que eran judíos y que iban a las sinagogas.
Es notable la diferencia que hay entre el texto cuando se lo lée teniendo en mente que narra hechos sucedidos entre judíos, y el sentido aparente de ese mismo texto cuando se reniega del contexto y valores judaicos. Por eso, agradezco las interesantes preguntas que han hecho llegar algunos lectores al grupo Whatsapp de este blog y al grupo del canal de youtube Dibrei Shalom, que quiero responder aquí, intentando aclarar qué es lo que leo en el Leccionario, leyéndolo desde mi perspectiva judaica.
Un lector del blog dice que: Por eso José ofrece en el Templo dos tórtolas, en lugar de dejar al niño primogénito como ofrenda al servicio del altar (Lucas 2, 24). La costumbre de ofrecer un sacrificio especial por el nacimiento de un primogénito expresa la idea de que todas las vidas pertenecen a Dios. Éxodo reafirma que cada nacimiento es un don de Dios, que debe ser reconocido con un retorno simbólico de esa vida a su Creador. Entre los judíos, ese tipo de sacrificios de animales dejaron de hacerse hace 1950 años.
Los sacrificios de bebés humanos eran actos paganos, aborrecibles para las sagradas escrituras del pueblo judío. La lucha del pueblo judío contra la idolatría fue en gran medida el rechazo, sin peros, ni medias tintas, a todo tipo de sacrificio humano. Cuando los romanos destruyeron el Templo de Jerusalem, la tradición impuso el pago (monetario) de un “rescate” simbólico que los padres del primogénito hacen a algún descendiente de los antiguos sacerdotes, en reemplazo de los sacrificios de animales.
Otro tema que ha despertado varias reacciones en los grupos WhatsApp son mis conjeturas sobre de dónde viene la expresión las sinagogas de ellos. Me detuve en ese punto porque me suena raro que un judío se refiera a las sinagogas, como si las sinagogas fuesen algo ajeno. Un lector del blog aporta una solución mucho menos complicada que la mía, que le agradezco. Dice que: había facciones en el judaísmo en el tiempo de Jesús, lo mas posible es que se congregaran conforme a su preferencia.
Ciertamente es posible que, las sinagogas de ellos, se refiere a que los discípulos judíos de Jesús se congregaban con algunas facciones judías, y no con otras. Opino que también es posible que esta expresión haya sido redactada editorialmente después del año 80, cuando el fiscus iudaicus se hizo extensivo a los gentiles que vivían como judíos. Mi conjetura personal es que aquel oneroso impuesto pudo motivar a algunas comunidades cristianas gentiles a declarar que ellos NO eran, y NO se reunían a orar, con judíos.
Al leproso que Él sanó, Jesús le indica que no deje de cumplir con el culto judío y que haga la ofrenda estipulada por las leyes de Moisés. Pero los sacrificios del Templo cesaron alrededor del año 70. A partir de ese momento los discípulos de Jesús, tanto los judíos como los de otros pueblos, ya no pudieron ofrecer sacrificios de animales. Pero unos y otros continuaron con la práctica judía de ayudar a los necesitados, ayunar y orar. Porque el hombre no vive solamente de pan.
En la Biblia, el primero en bendecir a Di-s es Noé (Génesis 9:26), que según las sagradas escrituras es el último ancestro común a todos los seres humanos. Un mortal con defectos humanos (la Biblia no oculta su embriaguez). No fue el primero en construir un altar y ofrecer sacrificios. Ya Caín y Abel habían hecho eso (Gén4:3). Pero aquel ancestro de todos nosotros, judíos y cristianos (entre otros) fue el primero en enseñarnos cómo alabar al Creador, bendiciéndolo.
Que tengan una feliz y bendecida semana