“Permanezcan en mi amor”
Contemplamos nuestra vida |
Hacemos explícito que nos reunimos en Su Nombre alrededor de esta mesa.
En el Nombre del amor incondicional de Dios Padre-Madre, del Hijo, Jesús Crucificado-Resucitado y del Viento siempre nuevo del Espíritu. Amén.
- Deseamos que la poesía y a la música despierten nuestro corazón a tavés de la canción: “El problema” de Silvio Rodríguez y así poder explorar nuestra experiencia.
EL PROBLEMA
El problema no es, si te buscas o no más problemas.
El problema no es, ser capaz de volver a empezar.
El problema no es vivir demostrando.
A uno que te exige y anda mendigando.
El problema no es repetir el ayer, como fórmula para salvarse.
El problema no es jugar a darse, el problema no es de ocasión.
El problema señor, sigue siendo sembrar amor
El problema no es, de quien vino y se fue o viceversa.
El problema no es de los niños que ostentan papás.
El problema no es de quien saca cuenta y recuenta.
Y a su bolsillo suma lo que resta.
El problema no es de la moda mundial
Ni de que haya tan mala memoria.
El problema no queda en la gloria
Ni en que falten tesón y sudor
El problema señor, sigue siendo sembrar amor
El problema no es, despeñarse en abismos de ensueño.
Porque hoy no llegó, al futuro sangrado de ayer.
El problema no es que el tiempo sentencie extravío.
Cuando hay juventudes, soñando desvíos.
El problema no es darle un hacha al dolor.
Y hacer leña con todo y la palma.
El problema vital es el alma. El problema es de resurrección.
El problema señor, será siempre, sembrar amor
Tiempo personal:
- ¿A dónde te dejó esta canción?; ¿A qué te está invitando?
- ...
- ¿Cómo te parece que estas “sembrando” amor?
- ...
- Si te parece, lo podes escribir.
- Te proponemos compartirlo. Si estas sol@, lo podes hacer después.
Reflexión:
- El poeta va describiendo diversas situaciones en las tres estrofas y al final de cada una de ellas afirma lo esencial: “El problema señor, sigue siendo sembrar amor”. Todos sabemos que lo más importante en la vida es amar, sin embargo nos cuesta, por muchas razones que el amor se vuelva “el motor” de nuestra vida.
- Una de las experiencias que dejan al desnudo nuestra capacidad de amar, es cuando un ser querido se enferma. Enseguida se activa en nosotros “la empatía”, “la compasión” y “la solidaridad”. El dolor, la fragilidad del otro nos conmueve, toca nuestra propia fragilidad y nos pone en movimiento. Empezamos, por ejemplo, a hacer redes de oración vinculando así los tres amores: “a Dios, el prójimo-el enferm@- y uno mismo”. Estamos en estado de alerta y expectantes. Todo se relativiza, se pone en relación a él, a ella que esta frágil.
- Esta experiencia que estamos narrando la hemos vivido muchas veces. El dolor, la fragilidad dejan en evidencia cuánto nos necesitamos, hace que aflore con más intensidad el amor que nos habita. Lo mismo y mucho más nos pasa cuando un ser querido fallece, vive su Pascua, por diversos motivos. Su “ausencia” nos duele en el alma y deja a flor de piel el amor que hemos ido cultivando a lo largo del tiempo.
- Estamos hablando de “ese lazo”, de ese “vínculo” que hemos ido tejiendo a lo largo de los años. Por diferentes motivos nació y por decisiones de los dos lo fuimos cultivando a lo largo de los años. Nuestra “mente” sabe que “solo el amor consigue encender los muerto” sin embargo “al corazón” le cuesta mucho más tiempo comprender, como nos enseñó Jesús, que ella o él ya esta resucitado.
- Se trata de “una nueva presencia” porque la muerte no es la última palabra. La primera y la última palabra siempre es el amor. Será una decisión atravesar este duelo y convivir desde el amor con “los recuerdos” cuando estaba él o ella estaba “presente” y ahora en esta “ausencia” descubrir “su nueva presencia” resucitada. Por eso el poeta nos dice: “El problema vital es el alma. El problema es de resurrección”. Habrá que descubrir nuevo lenguajes para seguir cultivando ese amor. Será una decisión: “permanecer en y desde ese amor”.
- Sabemos que amar es un arte y también sabemos que “El problema señor, será siempre, sembrar amor”. Y podemos agregarle al poeta: “El problema señor, será siempre Cosechar amor”, es decir: Saber recibir y agradecer el amor que los otros nos ofrecen. Valorar los frutos de nuestros esfuerzos que se van transformando en amor. Los dos movimientos, todos los días “sembrar” y “cosechar” amor al estilo de Jesús. Vayamos a Su encuentro.
- Esta reflexión, ¿Qué me provoca?, ¿Qué me hace sentipensar?
Escuchamos el Evangelio, La Sabiduría de Jesús |
Según la Comunidad de Juan 15, 1-9
«Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador. Toda rama que no da fruto en mí, la corta. Y toda rama que da fruto, la limpia para que dé más fruto. Ustedes ya están limpios gracias a la palabra que les he anunciado, pero permanezcan en mí como yo en ustedes. Una rama no puede producir fruto por sí misma si no permanece unida a la vid; tampoco ustedes pueden producir fruto si no permanecen en mí. Yo soy la vid y ustedes las ramas. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, pero sin mí, no pueden hacer nada. El que no permanece en mí lo tiran y se seca; como a las ramas, que las amontonan, se echan al fuego y se queman. Mientras ustedes permanezcan en mí y mis palabras permanezcan en ustedes, pidan lo que quieran y lo conseguirán. Mi Padre es glorificado cuando ustedes producen abundantes frutos: entonces pasan a ser discípulos míos. Como el Padre me amó, así también los he amado yo: permanezcan en mi amor.
Nos quedamos un rato en silencio para que siga resonando en nosotros el Evangelio.
Reflexión:
- Recordemos el contexto de este texto que acabamos de escuchar. La comunidad de Juan nos regala desde el capítulo 13 al 17 los relatos de la última cena. Comienza con ese gesto que muestra cómo nuestro Maestro ama: “Lavándoles los pies”. Después va dialogando con sus discípulas y discípulos. En este caso utiliza una imagen muy significativa para su pueblo: “La vid”. Usando esa imagen es que dice estas palabras para hablarles de lo más importante para Jesús: “El amor”.
- Comprendiendo que ya se acercaba la hora del final, vuelve a decirles que “el amor” es el “horizonte” hacia donde caminar y además es “el camino”. No se puede caminar hacia ese horizonte odiando, siendo indiferentes, maltratando, siendo injustos o matando. Caminamos hacia el AMOR... poniéndole el cuerpo al amor en lo de todos los días. Nunca es tarde para amar, creemos que el más pequeño acto de amor, sigue tejiendo la belleza de la trama de la fraternidad.
- A propósito hemos subrayado en negrilla las nueve veces que en un texto tan breve utiliza el verbo “permanecer”. Es un verbo que une paradojalmente dos movimiento. Uno más “pasivo”: Porque confío en vos “permanezco” es decir: “estoy, descanso en vos, continuo, me quedo, me mantengo unid@ a vos y mucho más”. Y al mismo tiempo es “activo”: “cultivo este lazo, lo encarno, lo hago vida, me pongo en movimiento, lo comunico y mucho más”
- Jesús a lo largo de su vida fue sumando a su corazón, cientos de nombres, fue aprendiendo a amar, lavando los pies en cada momento y al mismo tiempo alentaba a que cada uno que curaba, por ejemplo, se ponga de pie y se vuelva un multiplicador de esta manera de amar, un multiplicador de abrazos.
- Ahora está en el límite de su vida y les recuerda que “permanezcan es Su Amor”... así como él ha permanecido en el Amor del Padre. Jesús durante toda su vida supo “permanecer” en el amor del Padre y ese “permanecer” le dio: coraje y templanza para amar y dejarse amar. También Jesús les dice a ellas y a ellos ayer y... a nosotros HOY: “permanezcan en mi amor, así como yo permanezco en el amor de ustedes”.
- Si “permanecemos” en el amor de Jesús podremos atravesar tantos miedos, tanto dolores y tantas injusticias... y también podremos gozar y alegrarnos por tantas bendiciones. Jesús nos dará el coraje y la templanza para vivir en el amor. Jesús nos va a decir: “El problema señor sigue siendo sembrar y cosechar amor”.
- ¿Qué nos parece esta reflexión y cómo la vinculamos con lo que veníamos reflexionando
“Dejarnos abrazar por Dios que es AMAR”. |
- Sigamos cultivando esta experiencia de Fe en Jesús Resucitado que fue Crucificado. Caminemos confiando que DIOS SIEMPRE ESTA. Su amor constantemente NOS ESTA INSPIRANDO para permanecer y multiplicar el amor al estilo de Jesus.
- Con todo lo que venimos descubriendo y reflexionando, volvamos a escuchar la canción: “El problema”.
- Si necesitamos, comentemos lo que nos despierta ahora la canción a partir de todo lo que venimos rezando.
- Ahora los invitamos a hacer una oración aun más explícita. Traemos al corazón diferentes situaciones que están resonando en nosotros, lo que esta pasando en nuestra familia, nuestro lugar, nuestro país, en la humanidad, con nuestra madre tierra…
- Después de un rato de silencio.
- Dejamos que brote una oración de acción de gracias… de petición… de perdón…
- Tambien, como nos pasa siempre… empezamos a traer la vida de los que estan frágiles, los que están enferm@s… aquell@s que han fallecido, que han vivido su pascua.
- Junto con Jesús, el sembrador y cosechador de amor, rezamos: “Padre-Madre nuestro...”
- Para terminar las y los invitamos con esta oración que hizo Francisco en su carta: “Fratelli Tutti” para seguir cultivando nuestro amor colectivo, en estos tiempos de tantas injusticias y de tanta indiferencia.
ORACIÓN AL CREADOR
Señor y Padre de la humanidad,
que creaste a todos los seres humanos con la misma dignidad,
infunde en nuestros corazones un espíritu fraternal.
Inspíranos un sueño de reencuentro,
de diálogo, de justicia y de paz.
Impúlsanos a crear sociedades más sanas
y un mundo más digno, sin hambre,
sin pobreza, sin violencia, sin guerras.
Que nuestro corazón
se abra a todos los pueblos y naciones de la tierra,
para reconocer el bien y la belleza que sembraste en cada uno,
para estrechar lazos de unidad,
de proyectos comunes, de esperanzas compartidas.
Amén.
Que el Espíritu nos de coraje para ponerle el cuerpo a esta oración.
Estamos contentos de poder ofrecerles esta celebración.
L@s abrazamos Federico cp, Gilberto cp y Carlos cp
Les proponemos para seguir profundizando... |
– Los alentamos a escuchar “un tal Jesús”: Nº 110 “La cena de Pascua” y Nº 111: “La nueva alianza”.
-Les recomendamos como siempre buscar los comentarios de José A. Pagola y otros.