Shalom!

El Domingo 5 de Mayo, VIª de Pascua, según el Leccionario la primer lectura  dice que Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle, y postrándose a sus pies, adoró. Mas Pedro le dijo: Levántate, pues yo mismo también soy hombre (Hechos 10:25-26). (…) Entonces Pedro dijo: En verdad comprendo que Di-s no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia (Hechos 10:34-35).

Pedro no era un escriba ni un erudito, su oficio era el de pescador. Sin embargo comprendió algo que algunos (tanto judíos como cristianos) parecen reacios a comprender: que a nuestro creador le agradan todas las personas que le temen y hacen justicia, y que en esto no distingue entre las personas según de qué nación o fe provengan.

La idea de que no hace falta ser judío para agradarle a Di-s era una creencia de Israel desde mucho antes de los días en que la comprendió Pedro. De hecho, en la tradición judía se mencionan siete normas básicas, conocidas como las Leyes de Noé, que deberían guiar la vida de toda persona -de cualquier nación o religión- que tema a nuestro creador y elija vivir con justicia.   

Esas normas le fueron comunicadas por nuestro creador, primero a Adán y luego a Noé, y son patrimonio de todos sus descendientes, es decir: de toda la humanidad. Son válidas para todas las personas, de todos los tiempos y pueblos. Estamos hoy en vísperas de una nueva era, y todos los que vivan según estas normas tendrán su parte en el mundo venidero (…porque hicieron su parte para hacerlo posible)´.

La tradición judía enseña que seis de estas normas le fueron dadas al primer ser humano: Adán. Una séptima norma -la prohibición de comer partes de un animal todavía vivo- le fue dada luego a Noé, justamente cuando a los humanos se nos permitió consumir carne. Las 7 normas son:

1.   Reconoce que nuestro creador es uno y único; que le importa lo que hagamos y que nos instruye para que sepamos cómo atender y cuidar este mundo Suyo.

2.   No importa cuán enojado estés, nunca te desquites verbalmente contra tu creador, ni le maldigas por ninguna causa.

3.   No asesines. Toda vida es sagrada.

4.   No comas ninguna parte de un animal vivo. Respeta las vidas de todas las criaturas. Tenemos el deber de cuidar que ninguna criatura sufra por nuestra causa un dolor o pena evitable.

5.   No robes. Asegúrate de que todo beneficio que recibas en esta vida no sea injustamente a expensas de otra persona.

6.   Encarrila tu sexualidad. La familia es el fundamento de la sociedad humana. La sexualidad es la fuente de la vida humana, y por eso nada es mas santo que el acto sexual. Cultiva su santidad.

7.   Establece un sistema judicial y construye justicia en este mundo. Vive en armonía con las leyes de tu país.

Estos siete principios son generalidades fundamentales, a las que cabe agregar otras enseñanzas que se desprenden de ellas, tales como la práctica de la caridad y los actos de bondad, honrar y respetar a nuestros progenitores, orar y contemplar Su sabiduría y grandeza. Y también debemos no proceder desaprensivamente, sin amor hacia la creación que ha sido encomendada a nuestro cuidado.

No es necesario convertirse a alguna religión o comunidad de fe para vivir de acuerdo a estas normas, pero es importante cumplir con ellas sabiendo que esto es lo que Di-s quiere de cada uno de nosotros (y no solamente porque son leyes buenas y sabias). Toda persona (de cualquier pueblo, religión o nación) que viva en el respeto de estas normas es considerada –en la tradición judía- una persona justa, que tiene garantizada la vida eterna para cuando deje este mundo.

En el discurso de Pedro queda claro que el atributo de Di-s como juez imparcial (ver Eclesiástico 35:12-13); que ama también al extranjero (ver Deuteronomio 10:17-18) quiere decir que a todos los que hacen el bien Di-s les dará grandeza, honor y paz, sean judíos o no. Di-s juzga a todos por igual y sin favoritismos. (ver Romanos 2: 10-11).

Dejando de lado cuáles serían las normas de vida que según la tradición judía aplican para un gentil como el centurión Cornelio, ¿qué significaba -para Pedro y para los judíos habían venido con él - esto de que Di-s no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia (Hechos 10:34-35)?
En mi opinión es posible tomarlo como otra expresión mas de la judeidad del movimiento de los primeros discípulos de Jesús. Temer a Dios y proceder con justicia sigue la medular enseñanza tradicional judía de que los mandamientos mas importantes son: Amar a Dios (Deut 6) y amar al prójimo (Levítico 19).

Buena Semana!

Shalom Shalom!!

Last modified: Monday, 29 April 2024, 10:35 AM