“Pero no cambia mi amor”
Primer paso: Contemplamos nuestra vida
· Hacemos explícito que nos reunimos en Su Nombre alrededor de esta mesa.
En el Nombre del Dios Padre-Madre, de Jesús el Hijo y del viento simpre nuevo del Espíritu Santo. Amén.
· Deseamos que la poesía y la música despierten y templen nuestro corazón a través de la canción: “Cambia todo cambia” del chileno Julio Numhauser.
CAMBIA, TODO CAMBIA
Cambia lo superficial. Cambia también lo profundo
Cambia el modo de pensar. Cambia todo en este mundo
Cambia el clima con los años. Cambia el pastor su rebaño
Y así como todo cambia, que yo cambie no es extraño
Cambia, todo cambia
Cambia el más fino brillante de mano en mano su brillo
Cambia el nido el pajarillo, cambia el sentir un amante
Cambia el rumbo el caminante aunque esto le cause daño
Y así como todo cambia que yo cambie no extraño
Cambia, todo cambia
Cambia el sol en su carrera cuando la noche subsiste
Cambia la planta y se viste de verde en la primavera
Cambia el pelaje la fiera, cambia el cabello el anciano
Y así como todo cambia que yo cambie no es extraño
Cambia, todo cambia
Pero no cambia mi amor, por más lejos que me encuentre
Ni el recuerdo ni el dolor de mi pueblo y de mi gente
Lo que cambió ayer tendrá que cambiar mañana
Así como cambio yo en esta tierra lejana
Cambia, todo cambia
Tiempo personal:
· El poeta nos dice: “Y así como todo cambia, que yo cambie no es extraño”.
o Recorda algunas de esas experiencias que te llevaron a cambiar o al menos recrear algunas de esas convicciones que hasta el momento le daban sentido a tu vida.
o ...
· También dice: “Pero no cambia mi amor por más lejos que me encuentre...”
o ¿Cuáles son esos amores, eso que vos valoras y sentís que no han cambiado, que han permanecido, es más, que se ha enriquecido con el tiempo?
o ...
· Si te parece, lo podes escribir.
· Te proponemos compartirlo. Si estas sol@, lo podes hacer después.
Reflexión:
· Lo hemos dicho otras veces, somos una paradoja caminando, necesitamos “cambiar” y al mismo tiempo necesitamos que “algo permanezca” para sentirnos que “estamos vivos”. Necesitamos de “la casa-hogar” y al mismo tiempo necesitamos “salir al camino” sabiéndonos “peregrinos/as”, es decir: vivir con sentido, porque nos podemos “encerrar” o andar como “vagabundos” sin rumbo.
· Vale recordar lo que nos dice la ciencia de algo tan elocuente como lo que le pasa a nuestra piel. “Estrenamos la piel sin ser conscientes de ello. La epidermis tiene su ritmo y cada, aproximadamente, tres semanas, la cambiamos por completo. De ahí la metáfora poética de que nunca acariciamos dos veces a la misma persona. Su piel ha cambiado.
No reparamos en que nuestra sangre circula por cada latido, alimentando nuestras células y llevándose los productos de desecho. Ni, por supuesto, nos damos cuenta de que millones de células mueren en nuestro cuerpo y millones de células nuevas las reemplazan en un continuo drama y resurrección que nos mantiene vivos. Cada segundo morimos un poco y nacemos otro poco. Es un hermoso, sutil y delicado equilibrio que nos mantiene vivos”. Como recién cantamos: “Cambia el sol en su carrera cuando la noche subsiste. Cambia la planta y se viste de verde en la primavera. Cambia el pelaje la fiera, cambia el cabello el anciano. Y así como todo cambia que yo cambie no es extraño”.
· “Los cambios” son parte de nuestra condición humana, algunos se dan de esta manera “orgánica”. Otros cambios son necesarios, son parte de nuestras decisiones cotidianas, en diálogo constante con lo que vivimos, como recién recordamos algunas de esas experiencias que nos convocan a cambiar.
· También cantamos y nos preguntamos sobre “lo que no cambia”: “Pero no cambia mi amor, por más lejos que me encuentre. Ni el recuerdo ni el dolor de mi pueblo y de mi gente”. Hay grandes fidelidades, convicciones que vamos ahondando a lo largo del tiempo, para algunos será el valor de la familia, de los amig@s, de la comunidad, del trabajo, etc. La convicción de que el bien, la verdad y la belleza nos humanizan, que a pesar y a través de todo podemos vivir la fraternidad si el amor es el motor de nuestra vida, como nos enseñó Jesús y mucho más.
· Estas convicciones que “permanecen” nos llevan a seguir “cambiando” para ser peregrin@s, caminantes que buscan sentidos. Nosotros los discípul@s de Jesús buscamos Su mismo Sueño: “El Reino de Dios”. Vayamos al encuentro del Maestro.
· Esta reflexión, ¿Qué me provoca?, ¿Qué me hace sentipensar?
Según la Comunidad de Marcos 5, 21-43
Jesús, entonces, atravesó el lago, y al volver a la otra orilla, una gran muchedumbre se juntó en la playa en torno a él. En eso llegó un oficial de la sinagoga, llamado Jairo, y al ver a Jesús, se postró a sus pies suplicándole: «Mi hija está agonizando; ven e impón tus manos sobre ella para que se mejore y siga viviendo.» Jesús se fue con Jairo; estaban en medio de un gran gentío, que lo oprimía.
Se encontraba allí una mujer que padecía un derrame de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho en manos de muchos médicos y se había gastado todo lo que tenía, pero en lugar de mejorar, estaba cada vez peor. Como había oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y le tocó el manto. La mujer pensaba: «Si logro tocar, aunque sólo sea su ropa, sanaré.» Al momento cesó su hemorragia y sintió en su cuerpo que estaba sana. Pero Jesús se dio cuenta de que un poder había salido de él, y dándose vuelta en medio del gentío, preguntó: «¿Quién me ha tocado la ropa?» Sus discípulos le contestaron: «Ya ves cómo te oprime toda esta gente: ¿y preguntas quién te tocó?» Pero él seguía mirando a su alrededor para ver quién le había tocado. Entonces la mujer, que sabía muy bien lo que le había pasado, asustada y temblando, se postró ante él y le contó toda la verdad. Jesús le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda sana de tu enfermedad.»
Jesús estaba todavía hablando cuando llegaron algunos de la casa del oficial de la sinagoga para informarle: «Tu hija ha muerto. ¿Para qué molestar ya al Maestro?» Jesús se hizo el desentendido y dijo al oficial: «No tengas miedo, solamente ten fe.» Pero no dejó que lo acompañaran más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Cuando llegaron a la casa del oficial, Jesús vio un gran alboroto: unos lloraban y otros gritaban. Jesús entró y les dijo: «¿Por qué este alboroto y tanto llanto? La niña no está muerta, sino dormida.» Y se burlaban de él. Pero Jesús los hizo salir a todos, tomó consigo al padre, a la madre y a los que venían con él, y entró donde estaba la niña. Tomándola de la mano, dijo a la niña: «Talitá kumi», que quiere decir: «Niña, te lo digo, ¡levántate!» La jovencita se levantó al instante y empezó a caminar (tenía doce años). ¡Qué estupor más grande! Quedaron fuera de sí. Pero Jesús les pidió insistentemente que no lo contaran a nadie, y les dijo que dieran algo de comer a la niña.
Nos quedamos un rato en silencio para que siga resonando en nosotros el Evangelio.
Reflexión:
· Es muy notable la relación entre las dos mujeres “la adulta” y “la niña”, mucho podríamos decir de ellas, sin embargo esta vez queremos invitarlos a contemplar el proceso de “cambio” y lo que “permanece” en Jairo, el jefe de la sinagoga.
· 1º Estamos frente a un jefe de la sinagoga, del grupo de los que estaban diciendo que Jesús era “el jefe de los demonios” por eso hacía milagros. Alguien que tenía que ser coherente con las enseñanzas de la ley, se sabría de memoria las 613 leyes que había que cumplir, entre ellas las normas de pureza para poder ser dignos de estar cerca de Yave.
· Imaginemos todo lo que tuvo que vencer, cambiar en su interior por amor a la vida de su hija para hacer este gesto y esta súplica frente a su gente: “se postró a sus pies suplicándole: «Mi hija está agonizando; ven e impón tus manos sobre ella para que se mejore y siga viviendo.»
· 2º En el camino se da todo esa hermosa y dramática experiencia que narra Marcos sobre la mujer: “Entonces la mujer, que sabía muy bien lo que le había pasado, asustada y temblando, se postró ante él y le contó toda la verdad. Jesús le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda sana de tu enfermedad.»
· Jairo estaba siendo testigo de una mujer impura, que toca a Jesús, él sabe muy bien que Jesús queda impuro. También escucha que Jesús la confirma en su fe y la alienta a seguir. Otra vez cambia por amor a la vida de su hija y se deja cuestionar por la fe de esta mujer y la fe de Jesús.
· 3º Frente a la terrible noticia que le traen de su casa, él escucha a Jesús y lo sigue en silencio. “Jesús estaba todavía hablando cuando llegaron algunos de la casa del oficial de la sinagoga para informarle: «Tu hija ha muerto. ¿Para qué molestar ya al Maestro?» Jesús se hizo el desentendido y dijo a Jairo: «No tengas miedo, solamente ten fe.». Otra vez cambia, no escucha a su familia, percibe que hay algo más que lo hace permanecer en el camino y decide seguir a Jesús.
· 4º Por último, Jesús el considerado “jefe de los demonios”, el que “estaba impuro porque esa mujer lo tocó” entra en su casa y hace algo más que estaba prohibido: Tocar un cadáver. Una vez más queda impuro. “Tomándola de la mano, dijo a la niña: «Talitá kumi», que quiere decir: «Niña, te lo digo, ¡levántate!» La jovencita se levantó al instante y empezó a caminar (tenía doce años).
· Una vez más Jairo cambió y supo permanecer en el sendero de la vida desde el amor por su hija. El amor por su hija lo ayudó a atravesar tantos miedos, tantas leyes para encontrarse, gracias a Jesús, con lo esencial que es la vida. Que el Dios al que él sirve y busca esta siempre a favor de la vida. Jairo lo aprendió gracias a la fe de esa mujer, a su hija y a la fe de Jesús.
· Jesús ayúdanos a tener el coraje de Jairo, de poder cambiar lo que tengamos que cambiar porque creemos que sos el Señor de la Vida.
· ¿Qué nos parece esta interpretación y cómo lo relacionamos con lo que veníamos reflexionando?.
Tercer paso:“Dejarnos abrazar por Dios que es AMAR”.
§ Sigamos cultivando esta experiencia de Fe en Jesús. Caminemos confiando que DIOS SIEMPRE ESTA. Su amor constantemente NOS ESTA INSPIRANDO para que entremos en esta dinamica que es amar y dejarnos amar.
§ Con todo lo que venimos descubriendo y reflexionando, volvamos a escuchar la canción: “Cambia todo cambia”.
o Si necesitamos, comentemos lo que nos despierta ahora la canción a partir de todo lo que venimos rezando.
§ Ahora los invitamos a hacer una oración aun más explícita. Traemos al corazón diferentes situaciones que estan resonando en nosotros, lo que esta pasando en nuestra familia, nuestro lugar, nuestro país, en la humanidad, con nuestra madre tierra…
§ Despues de un rato de silencio.
o Dejamos que brote una oración de acción de gracias… de petición… de perdón…
o Tambien, como nos pasa siempre… empezamos a traer la vida de los que estan frágiles, los que estan enferm@s… aquell@s que han fallecido, que han vivido su pascua.
§ Le pedimos a María que nos ayude, por eso le decimos: “Alégrate María, llena eres de gracia...”
§ Junto con Jesús decimos: “Padre-Madre nuestro...”
§ Sigamos pidiendo con Francisco por la Fraternidad universal.
ORACIÓN AL CREADOR
Señor y Padre de la humanidad,
que creaste a todos los seres humanos con la misma dignidad, infunde
en nuestros corazones un espíritu fraternal.
Inspíranos un sueño de reencuentro, de diálogo, de justicia y de paz.
Impúlsanos a crear sociedades más sana y un mundo más digno,
sin hambre, sin pobreza, sin violencia, sin guerras.
Que nuestro corazón se abra a todos los pueblos y naciones de la tierra,
para reconocer el bien y la belleza que sembraste en cada uno,
para estrechar lazos de unidad, de proyectos comunes,
de esperanzas compartidas.
Que el Espíritu nos de coraje para ponerle el cuerpo a esta oración.
Estamos contentos de poder ofrecerles esta celebración.
L@s abrazamos Federico cp, Gilberto cp y Carlos cp
Les proponemos para seguir profundizando...
-Los invitamos a escuchar en un tal Jesús: Nº 44 “La vendedora de higos”
https://youtu.be/ihKDh1ZcV18?si=U-sXalHzqwUaZTKi
-Les recomendamos como siempre buscar los comentarios de José A. Pagola y otros.
Primer paso: Contemplamos nuestra vida
· Hacemos explícito que nos reunimos en Su Nombre alrededor de esta mesa.
En el Nombre del Dios Padre-Madre, de Jesús el Hijo y del viento simpre nuevo del Espíritu Santo. Amén.
· Deseamos que la poesía y la música despierten y templen nuestro corazón a través de la canción: “Cambia todo cambia” del chileno Julio Numhauser.
CAMBIA, TODO CAMBIA
Cambia lo superficial. Cambia también lo profundo
Cambia el modo de pensar. Cambia todo en este mundo
Cambia el clima con los años. Cambia el pastor su rebaño
Y así como todo cambia, que yo cambie no es extraño
Cambia, todo cambia
Cambia el más fino brillante de mano en mano su brillo
Cambia el nido el pajarillo, cambia el sentir un amante
Cambia el rumbo el caminante aunque esto le cause daño
Y así como todo cambia que yo cambie no extraño
Cambia, todo cambia
Cambia el sol en su carrera cuando la noche subsiste
Cambia la planta y se viste de verde en la primavera
Cambia el pelaje la fiera, cambia el cabello el anciano
Y así como todo cambia que yo cambie no es extraño
Cambia, todo cambia
Pero no cambia mi amor, por más lejos que me encuentre
Ni el recuerdo ni el dolor de mi pueblo y de mi gente
Lo que cambió ayer tendrá que cambiar mañana
Así como cambio yo en esta tierra lejana
Cambia, todo cambia
Tiempo personal:
· El poeta nos dice: “Y así como todo cambia, que yo cambie no es extraño”.
o Recorda algunas de esas experiencias que te llevaron a cambiar o al menos recrear algunas de esas convicciones que hasta el momento le daban sentido a tu vida.
o ...
· También dice: “Pero no cambia mi amor por más lejos que me encuentre...”
o ¿Cuáles son esos amores, eso que vos valoras y sentís que no han cambiado, que han permanecido, es más, que se ha enriquecido con el tiempo?
o ...
· Si te parece, lo podes escribir.
· Te proponemos compartirlo. Si estas sol@, lo podes hacer después.
Reflexión:
· Lo hemos dicho otras veces, somos una paradoja caminando, necesitamos “cambiar” y al mismo tiempo necesitamos que “algo permanezca” para sentirnos que “estamos vivos”. Necesitamos de “la casa-hogar” y al mismo tiempo necesitamos “salir al camino” sabiéndonos “peregrinos/as”, es decir: vivir con sentido, porque nos podemos “encerrar” o andar como “vagabundos” sin rumbo.
· Vale recordar lo que nos dice la ciencia de algo tan elocuente como lo que le pasa a nuestra piel. “Estrenamos la piel sin ser conscientes de ello. La epidermis tiene su ritmo y cada, aproximadamente, tres semanas, la cambiamos por completo. De ahí la metáfora poética de que nunca acariciamos dos veces a la misma persona. Su piel ha cambiado.
No reparamos en que nuestra sangre circula por cada latido, alimentando nuestras células y llevándose los productos de desecho. Ni, por supuesto, nos damos cuenta de que millones de células mueren en nuestro cuerpo y millones de células nuevas las reemplazan en un continuo drama y resurrección que nos mantiene vivos. Cada segundo morimos un poco y nacemos otro poco. Es un hermoso, sutil y delicado equilibrio que nos mantiene vivos”. Como recién cantamos: “Cambia el sol en su carrera cuando la noche subsiste. Cambia la planta y se viste de verde en la primavera. Cambia el pelaje la fiera, cambia el cabello el anciano. Y así como todo cambia que yo cambie no es extraño”.
· “Los cambios” son parte de nuestra condición humana, algunos se dan de esta manera “orgánica”. Otros cambios son necesarios, son parte de nuestras decisiones cotidianas, en diálogo constante con lo que vivimos, como recién recordamos algunas de esas experiencias que nos convocan a cambiar.
· También cantamos y nos preguntamos sobre “lo que no cambia”: “Pero no cambia mi amor, por más lejos que me encuentre. Ni el recuerdo ni el dolor de mi pueblo y de mi gente”. Hay grandes fidelidades, convicciones que vamos ahondando a lo largo del tiempo, para algunos será el valor de la familia, de los amig@s, de la comunidad, del trabajo, etc. La convicción de que el bien, la verdad y la belleza nos humanizan, que a pesar y a través de todo podemos vivir la fraternidad si el amor es el motor de nuestra vida, como nos enseñó Jesús y mucho más.
· Estas convicciones que “permanecen” nos llevan a seguir “cambiando” para ser peregrin@s, caminantes que buscan sentidos. Nosotros los discípul@s de Jesús buscamos Su mismo Sueño: “El Reino de Dios”. Vayamos al encuentro del Maestro.
· Esta reflexión, ¿Qué me provoca?, ¿Qué me hace sentipensar?
Según la Comunidad de Marcos 5, 21-43
Jesús, entonces, atravesó el lago, y al volver a la otra orilla, una gran muchedumbre se juntó en la playa en torno a él. En eso llegó un oficial de la sinagoga, llamado Jairo, y al ver a Jesús, se postró a sus pies suplicándole: «Mi hija está agonizando; ven e impón tus manos sobre ella para que se mejore y siga viviendo.» Jesús se fue con Jairo; estaban en medio de un gran gentío, que lo oprimía.
Se encontraba allí una mujer que padecía un derrame de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho en manos de muchos médicos y se había gastado todo lo que tenía, pero en lugar de mejorar, estaba cada vez peor. Como había oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y le tocó el manto. La mujer pensaba: «Si logro tocar, aunque sólo sea su ropa, sanaré.» Al momento cesó su hemorragia y sintió en su cuerpo que estaba sana. Pero Jesús se dio cuenta de que un poder había salido de él, y dándose vuelta en medio del gentío, preguntó: «¿Quién me ha tocado la ropa?» Sus discípulos le contestaron: «Ya ves cómo te oprime toda esta gente: ¿y preguntas quién te tocó?» Pero él seguía mirando a su alrededor para ver quién le había tocado. Entonces la mujer, que sabía muy bien lo que le había pasado, asustada y temblando, se postró ante él y le contó toda la verdad. Jesús le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda sana de tu enfermedad.»
Jesús estaba todavía hablando cuando llegaron algunos de la casa del oficial de la sinagoga para informarle: «Tu hija ha muerto. ¿Para qué molestar ya al Maestro?» Jesús se hizo el desentendido y dijo al oficial: «No tengas miedo, solamente ten fe.» Pero no dejó que lo acompañaran más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Cuando llegaron a la casa del oficial, Jesús vio un gran alboroto: unos lloraban y otros gritaban. Jesús entró y les dijo: «¿Por qué este alboroto y tanto llanto? La niña no está muerta, sino dormida.» Y se burlaban de él. Pero Jesús los hizo salir a todos, tomó consigo al padre, a la madre y a los que venían con él, y entró donde estaba la niña. Tomándola de la mano, dijo a la niña: «Talitá kumi», que quiere decir: «Niña, te lo digo, ¡levántate!» La jovencita se levantó al instante y empezó a caminar (tenía doce años). ¡Qué estupor más grande! Quedaron fuera de sí. Pero Jesús les pidió insistentemente que no lo contaran a nadie, y les dijo que dieran algo de comer a la niña.
Nos quedamos un rato en silencio para que siga resonando en nosotros el Evangelio.
Reflexión:
· Es muy notable la relación entre las dos mujeres “la adulta” y “la niña”, mucho podríamos decir de ellas, sin embargo esta vez queremos invitarlos a contemplar el proceso de “cambio” y lo que “permanece” en Jairo, el jefe de la sinagoga.
· 1º Estamos frente a un jefe de la sinagoga, del grupo de los que estaban diciendo que Jesús era “el jefe de los demonios” por eso hacía milagros. Alguien que tenía que ser coherente con las enseñanzas de la ley, se sabría de memoria las 613 leyes que había que cumplir, entre ellas las normas de pureza para poder ser dignos de estar cerca de Yave.
· Imaginemos todo lo que tuvo que vencer, cambiar en su interior por amor a la vida de su hija para hacer este gesto y esta súplica frente a su gente: “se postró a sus pies suplicándole: «Mi hija está agonizando; ven e impón tus manos sobre ella para que se mejore y siga viviendo.»
· 2º En el camino se da todo esa hermosa y dramática experiencia que narra Marcos sobre la mujer: “Entonces la mujer, que sabía muy bien lo que le había pasado, asustada y temblando, se postró ante él y le contó toda la verdad. Jesús le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda sana de tu enfermedad.»
· Jairo estaba siendo testigo de una mujer impura, que toca a Jesús, él sabe muy bien que Jesús queda impuro. También escucha que Jesús la confirma en su fe y la alienta a seguir. Otra vez cambia por amor a la vida de su hija y se deja cuestionar por la fe de esta mujer y la fe de Jesús.
· 3º Frente a la terrible noticia que le traen de su casa, él escucha a Jesús y lo sigue en silencio. “Jesús estaba todavía hablando cuando llegaron algunos de la casa del oficial de la sinagoga para informarle: «Tu hija ha muerto. ¿Para qué molestar ya al Maestro?» Jesús se hizo el desentendido y dijo a Jairo: «No tengas miedo, solamente ten fe.». Otra vez cambia, no escucha a su familia, percibe que hay algo más que lo hace permanecer en el camino y decide seguir a Jesús.
· 4º Por último, Jesús el considerado “jefe de los demonios”, el que “estaba impuro porque esa mujer lo tocó” entra en su casa y hace algo más que estaba prohibido: Tocar un cadáver. Una vez más queda impuro. “Tomándola de la mano, dijo a la niña: «Talitá kumi», que quiere decir: «Niña, te lo digo, ¡levántate!» La jovencita se levantó al instante y empezó a caminar (tenía doce años).
· Una vez más Jairo cambió y supo permanecer en el sendero de la vida desde el amor por su hija. El amor por su hija lo ayudó a atravesar tantos miedos, tantas leyes para encontrarse, gracias a Jesús, con lo esencial que es la vida. Que el Dios al que él sirve y busca esta siempre a favor de la vida. Jairo lo aprendió gracias a la fe de esa mujer, a su hija y a la fe de Jesús.
· Jesús ayúdanos a tener el coraje de Jairo, de poder cambiar lo que tengamos que cambiar porque creemos que sos el Señor de la Vida.
· ¿Qué nos parece esta interpretación y cómo lo relacionamos con lo que veníamos reflexionando?.
Tercer paso:“Dejarnos abrazar por Dios que es AMAR”.
§ Sigamos cultivando esta experiencia de Fe en Jesús. Caminemos confiando que DIOS SIEMPRE ESTA. Su amor constantemente NOS ESTA INSPIRANDO para que entremos en esta dinamica que es amar y dejarnos amar.
§ Con todo lo que venimos descubriendo y reflexionando, volvamos a escuchar la canción: “Cambia todo cambia”.
o Si necesitamos, comentemos lo que nos despierta ahora la canción a partir de todo lo que venimos rezando.
§ Ahora los invitamos a hacer una oración aun más explícita. Traemos al corazón diferentes situaciones que estan resonando en nosotros, lo que esta pasando en nuestra familia, nuestro lugar, nuestro país, en la humanidad, con nuestra madre tierra…
§ Despues de un rato de silencio.
o Dejamos que brote una oración de acción de gracias… de petición… de perdón…
o Tambien, como nos pasa siempre… empezamos a traer la vida de los que estan frágiles, los que estan enferm@s… aquell@s que han fallecido, que han vivido su pascua.
§ Le pedimos a María que nos ayude, por eso le decimos: “Alégrate María, llena eres de gracia...”
§ Junto con Jesús decimos: “Padre-Madre nuestro...”
§ Sigamos pidiendo con Francisco por la Fraternidad universal.
ORACIÓN AL CREADOR
Señor y Padre de la humanidad,
que creaste a todos los seres humanos con la misma dignidad, infunde
en nuestros corazones un espíritu fraternal.
Inspíranos un sueño de reencuentro, de diálogo, de justicia y de paz.
Impúlsanos a crear sociedades más sana y un mundo más digno,
sin hambre, sin pobreza, sin violencia, sin guerras.
Que nuestro corazón se abra a todos los pueblos y naciones de la tierra,
para reconocer el bien y la belleza que sembraste en cada uno,
para estrechar lazos de unidad, de proyectos comunes,
de esperanzas compartidas.
Que el Espíritu nos de coraje para ponerle el cuerpo a esta oración.
Estamos contentos de poder ofrecerles esta celebración.
L@s abrazamos Federico cp, Gilberto cp y Carlos cp
Les proponemos para seguir profundizando...
-Los invitamos a escuchar en un tal Jesús: Nº 44 “La vendedora de higos”
https://youtu.be/ihKDh1ZcV18?si=U-sXalHzqwUaZTKi
-Les recomendamos como siempre buscar los comentarios de José A. Pagola y otros.