Amos y Jesús
Marcelo Aptekmann
En la liturgia del Domingo 14 de Julio, en las iglesias se leerán varios fragmentos de textos bíblicos, y entre ellos se leerá del libro del profeta Amos: Y Amasías dijo a Amós: Vidente, vete, huye a tierra de Judá, y come allá tu pan, y profetiza allá; y no profetices más en Bet-el, porque es santuario del rey, y capital del reino (Amós 7:12-13).
¿Por qué elijo detenerme a pensar juntos justamente con relación a estos versículos? Porque leídos por si mismos, así como los presenta el Leccionario, queda relegado el sentido que tienen cuando se los lee en el contexto del libro del profeta Amos, y me parece que ese sentido merece ser recordado.
El Leccionario tal vez lo presente a Amos solamente como un antecedente de cómo deberán predicar los apóstoles de Jesús: Y les mandó que no llevasen nada para el camino, sino solamente bordón; ni alforja, ni pan, ni dinero en el cinto, sino que calzasen sandalias, y no vistiesen dos túnicas. (Marcos 6: 8-9)… Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen. (Mc 6: 12).
Si buscamos los versículos inmediatamente anteriores del libro de Amos, como para entender mejor el contexto del cual fueron extraídos los versículos que cita el Leccionario, encontramos:
Me enseñó así: He aquí el Señor estaba sobre un muro hecho a plomo, y en su mano una plomada de albañil. Entonces me dijo: ¿Qué ves, Amós? Y dije: Una plomada de albañil. Y el Señor dijo: He aquí, yo pongo plomada de albañil en medio de mi pueblo Israel; no lo toleraré más. Los lugares altos de Isaac serán destruidos, y los santuarios de Israel serán asolados, y me levantaré con espada sobre la casa de Jeroboam. (Amos 7: 7-9).
Pido un poco de paciencia, porque hoy en día el sentido de estas palabras no es evidente, requiere de una breve explicación. Cuando nuestro Creador dice pongo plomada de albañil en medio de mi pueblo Israel; no lo toleraré más eso significa que juzgará con el rigor de la Ley, que no tolerará mas el pecado, que juzgará sin contemplaciones, en similitud a la plomada que sirve para que los albañiles construyan las paredes en perfecta vertical.
Los lugares altos de Isaac que serán destruidos, y los santuarios de Israel que serán asolados, se refiere a los altares en lugares altos (en la cima der montes) en los que se realizaban indebidos sacrificios a otras deidades. Los denomina lugares de Isaac para enfatizar la eran descendientes nada menos que de Isaac, el hijo de Abraham que precisamente NO fue sacrificado.
…y me levantaré con espada sobre la casa de Jeroboam. Se refiere a la casa real del reino de Israel, que tras la muerte del rey Salomón fue fundada por Jeroboam, hace aproximadamente 3000 años. Esta casa gobernó los territorios de las tribus israelitas, con excepción de las de Judá y Benjamín, que formaron el reino rival de Judá (de este último es de cuya población descienden los judíos).
Resulta entonces que, entendidos en este contexto: Y Amasías dijo a Amós: Vidente, vete, huye a tierra de Judá, y come allá tu pan, y profetiza allá; y no profetices más en Bet-el, porque es santuario del rey, y capital del reino (Amós 7:12-13). Significa que –según Amasías- Amos debía cesar de profetizar para los habitantes del reino de la casa de Israel (el reino del Norte) y retirarse hacia el reino de Judá.
Pero Amos le respondió a Amasías: No soy profeta, ni soy hijo de profeta, sino que soy boyero, y recojo higos silvestres. Y Jehová me tomó de detrás del ganado, y me dijo: Ve y profetiza a mi pueblo Israel. (Amos 7: 14-15)
La respuesta de Amos, un verdadero profeta, es: Por tanto, así ha dicho Jehová: Tu mujer será ramera en medio de la ciudad, y tus hijos y tus hijas caerán a espada, y tu tierra será repartida por suertes; y tú morirás en tierra inmunda, e Israel será llevado cautivo lejos de su tierra. (Amos 7:17).
Lo que no luce claramente en el aislado fragmento de Amos que nos trae el Leccionario, pero que surge al tener en cuenta el contexto de esos versículos citados, es que el humillado profeta Amos es un predecesor del magisterio de Jesús y de la prédica de Sus apóstoles. Amos le anuncia a los habitantes del reino de la casa de Israel que sus sacrificios paganos serán juzgados con severidad, y que no serán mas tolerados.
Amos les profetiza que esa parte de Israel –la del reino del Norte- será llevada lejos de su tierra. Lo que no les anuncia es que algún día vendrá Jesús para conducirlos de regreso al amor de nuestro Creador, el Único, que espera que regresen, no ya por el camino del cumplimiento de la Alianza que siguen cumpliendo los descendientes del reino del Sur (los judíos), sino por el puro y simple amor de Jesús y por su fe en Él.