“Sencillamente... humanos”
Primer paso: Contemplamos nuestra vida |
- Hacemos explícito que nos reunimos en Su Nombre. En el Nombre de este Dios Padre-Madre que nos ama incondicionalmente, ... la inspiración del Hijo Crucificado-Resucitado y... el fuego del Espíritu. Amén.
- Como siempre le pedimos a la poesía y a la música, que vaya despertando y templando nuestro corazón a traves de esta canción: “Soy hijo, soy hermano” de Carlos Saracini cp.
SOY HIJO, SOY HERMANO
Carlos Saracini cp
Dios que es amar
Me susurró esta verdad.
Soy hijo, soy Tu hijo.
Soy hermano, sos mi hermana.
Somos humanos.
Madre Tierra, siento tu voz.
Siento tu amor.
Soy Hijo...
Estos llamados, son luz y cruz.
Afirma Jesús.
Soy hijo...
Hoy despertemos. Hoy arriesguemos,
la libertad.
Soy hijo, soy Tu hijo.
Soy hermano, sos mi hermana.
Somos humanos.
Somos hermanos.
- Te invitamos a repetir alguna frase que te toca más en este momento. Buscamos que ayude a templar el corazón para poder contemplar nuestra vida.
Tiempo personal:
- La canción nos convoca a mirar tres vocaciones básicas de todos los seres humanos: “Somos hij@s”; “Somos herman@s” (aunque no tengamos herman@s de sangre) y “Somos humanos”.
- Estas tres vocaciones, estas llamadas que nos hace la vida, el Dios de la Vida... estan siempre en movimiento, evolucionan. No es lo mismo vivirlas a los 5 años, a los 20 años o a los 60 años.
- ¿Cómo te parece que han ido evolucionando estas tres vocaciones: “hij@”, “herman@” y “humana” en vos?
- ...
- ¿Cómo cada una de estas tres vocaciones te han ido desafiando, te han ido comprometiendo con la vida?
- ...
- Si te parece, lo podes escribir.
- Te proponemos compartirlo. Si estas sol@, lo podes hacer después.
Reflexión:
- Los invitamos a profundizar solamente esta vocación a ser “humanos” junto con Leonardo Boff, nuestro teólogo de la liberación, de Brasil. En su artículo “Qué significa ser tierra y sentirse tierra” se hace esta pregunta: “¿Qué es la dimensión-Tierra en nosotros?”.
“Significa, en primer lugar, que somos parte de la Tierra. Vivimos de ella. Somos producto de su actividad evolucionaría.
En un segundo momento, podemos pensar la Tierra. Y entonces, sí, nos distanciamos de ella para poder verla mejor. Ese distanciamiento no rompe nuestro cordón umbilical con ella. Por tanto, este segundo momento no invalida el primero. Tener olvidada nuestra unión con la Tierra fue el equívoco del racionalismo en todas sus formas de expresión. Él generó la ruptura con la Madre. Dio origen al antropocentrismo, en la ilusión de que, por el hecho de pensar la Tierra, podemos colocarnos sobre ella para dominarla y para disponer de ella con placer suyo incluido.
Por sentirnos hijos e hijas de la Tierra, por ser la propia Tierra pensante y amante, la vivimos como Madre. Ella es un principio generativo. Representa a lo femenino que concibe, gesta y da a luz. Emerge así el arquetipo de la Tierra como Gran Madre, Pacha Mama. De la misma manera que todo genera y entrega la vida, ella también acoge todo y todo lo recoge en su seno. Al morir volvemos a la Madre Tierra, regresamos a su útero generoso y fecundo.
Sentir que somos Tierra nos hace tener los pies en el suelo. Nos hace percibir todo de la Tierra, su frío y calor, su fuerza que amenaza tanto como su belleza que encanta. Sentir la lluvia en la piel, la brisa que refresca, el huracán que avasalla. Sentir la respiración que nos entra, los olores que nos embriagan o nos repelen. Sentir la Tierra es sentir sus nichos ecológicos, captar el espíritu de cada lugar, insertarnos en un determinado lugar. Ser Tierra es sentirse habitante de cierta porción de tierra”.
- Por eso cantamos a corazón abierto: “Madre Tierra, siento tu voz, siento tu amor. Soy hijo, soy Tu hijo. Soy hermano, sos mi hermana. Somos humanos”. Vayamos al encuentro de Jesús que nos dice que estos “llamados son luz y cruz”.
- Esta reflexión, ¿Qué me provoca?, ¿Qué me hace sentipensar?
Segundo paso: Escuchamos el Evangelio, La Sabiduría de Jesús |
Antes del Evangelio, te invitamos a hacer un instante de silencio y así disponer nuestro corazón para la escucha atenta de Jesús.
Escuchemos a la comunidad de Mateo 11,25-30
“En aquella ocasión Jesús exclamó: «Yo te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la tierra, porque has mantenido ocultas estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, pues así fue de tu agrado. Mi Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo se lo quiera dar a conocer. Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y sus almas encontrarán descanso. Pues mi yugo es suave y mi carga liviana.»
Nos quedamos un rato en silencio para que siga resonando en nosotros el Evangelio. Si quieren lo pueden volver a leer o volver a escuchar, para seguir contemplando al Maestro.
Reflexión:
- Jesús vive con “ojos de asombro” por eso le brota ese: “Te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la Tierra”. Muchas veces Jesús nos describe el amor de Dios contemplando a la Madre Tierra: “Miren los lirios del campo...” (Mt.6,25). Jesús se sabe parte de la tierra.
- El mismo Leonardo Boff contemplando el misterio de Jesús afirma: “Tan humano, tan humano, solo Dios”. Creemos en un Dios que se hace “humus” para decirnos que no tengamos miedo de “ser humanos”.
- “Somos barro y Aliento de Dios” todos los seres humanos, como afirma el libro del Génesis. Para Jesús no hay seres humanos de primera, de segunda... y de cuarta. Todo ser humano es su hermano y su hermana. Movido por la compasión, el asombro y el esfuerzo Jesús sale al camino y constantemente se encuentra con gente sencilla. “Gente de la tierra” que sufre y sigue soñando, gente que siente hambre de pan y hambre de abrazos, por eso lucha por una vida digna. Jesús valora su fe y ofrece todo lo que puede para decirles que Dios es un Padre con entrañas de Madre y pone sus talentos al servicio de la vida: Sana, alienta, denuncia, comparte su sueño y mucho más.
- También se encuentra una y otra vez con gente soberbia, que se cree superior por sus supuestos saberes, porque cumple con ciertas normas, porque tiene poder económico y político. Por eso dice: “ Yo te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la tierra, porque has mantenido ocultas estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla”.
- Y enseguida dice: “Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo”. Esto no se improvisa, “se cultiva”. Jesús cultiva su relación con Dios Padre y nos invita a cultivar esta vocación, confiar y creer que somos para Dios “sus hijas” y “sus hijos”. Así como ha evolucionado y cultivamos nuestra relación de ser hij@s con nuestras “madres-padres del vientre” o “las madres-padres del corazón”, así también cultivar esta conciencia de que hemos recibido la vida, que la vida es un regalo.
- Jesús cultiva estas tres vocaciones, se sabe “humano”, “hijo” y “hermano”, en comunión con todo, todas y todos... por eso “la carga se vuelve liviana”. Son llamadas que son “luz” porque están inscriptas por Dios en el corazón de toda la creación, sólo se trata de entrar en esta corriente de vida. Como por ejemplo durante miles de años los pueblos indígenas viven su relación con la Madre Tierra, sabiéndose hijos e hijas de ella.
- Y... también son “cruz” porque es una decisión vivirlas en un mundo que vive según la lógica del “amigo-enemigo” y no la lógica de Jesús: “hermano-hermano”. Un mundo donde nos creemos superiores a la Madre Tierra y... donde se fomenta que algunos son “elegidos especiales” y a las grandes mayorías solo les queda sobrevivir.
- Por eso cantamos: “Estos llamados, son luz y cruz. Afirma Jesús”. Por eso... “Hoy despertemos. Hoy arriesguemos, la libertad. Soy hijo, soy Tu hijo. Soy hermano, sos mi hermana. Somos humanos”.
- ¿Qué nos parece esta reflexión?. Y... ¿Cómo la vinculamos con lo que veníamos reflexionando?
Tercer paso: “Dejarnos abrazar por Dios que es AMAR”. |
- Bendecimos los alimentos con las palabras que les broten del corazón. Con la conciencia de que Jesús esta en medio de nosotros. (Capaz que ya lo hicieron).
- El ejercicio simple y profundo de bendecir, de “decir bien” nos ayuda a sabernos arte y parte de La Creación y en comunión con El Creador, que sigue creando con nosotros. Nos ayuda a cultivar un corazón agradecido.
- Con todo lo que venimos descubriendo y reflexionando, volvamos a escuchar la canción: “Soy hijo, soy hermano”.
- Ahora como siempre hagamos una oración aun más explícita. Traemos al corazón diferentes situaciones que están resonando en nosotros, lo que esta pasando en nuestra familia, en nuestra comunidad, en nuestro lugar, nuestro país, en la humanidad, con nuestra madre tierra…
- Después de un rato de silencio.
- Dejamos que brote una oración de acción de gracias… de petición… de perdón…
- También, como nos pasa siempre… empezamos a traer la vida de los que estan frágiles, los que están enferm@s… aquell@s que han fallecido, que han vivido su pascua. Confiamos que están resucitad@s. Junto con ell@s decimos: “Padrenuestro...”.
- También le pedimos a María que nos ayude a seguir dando gratuitamente porque hemos recibido su Amor gratuitamente.
- Los invitamos cerrar con esta oración de Francisco en su carta sobre la Tierra: “Laudato Si”, “Alabado seas”.
ORACIÓN POR NUESTRA TIERRA
Dios creador, que estás presente en todo el universo
y en la más pequeña de tus criaturas.
Tú, que rodeas con tu ternura todo lo que existe,
derrama en nosotros la fuerza de tu amor
para que cuidemos la vida y la belleza.
Inúndanos de paz,
para que vivamos como hermanos y hermanas, sin dañar a nadie.
Dios de los pobres, ayúdanos a rescatar
a los abandonados y olvidados de esta tierra que tanto valen a tus ojos.
Sana nuestras vidas,
para que seamos protectores del mundo y no depredadores,
para que sembremos hermosura y no contaminación y destrucción.
Toca los corazones
de los que buscan sólo beneficios a costa de los pobres y de la tierra.
Enséñanos a descubrir el valor de cada cosa, a contemplar admirados,
a reconocer que estamos profundamente unidos con todas las criaturas
en nuestro camino hacia tu luz infinita.
Gracias porque estás con nosotros todos los días.
Aliéntanos, por favor, en nuestra lucha
por la justicia, el amor y la paz.
Que el Espíritu nos de coraje para ponerle el cuerpo a esta oración.
Estamos contentos de poder ofrecerles esta celebración.
L@s abrazamos Federico cp, Gilberto cp y Carlos cp
Nos ayudan para armar estas celebraciones … |
- Nos ayuda mucho escuchar “UN TAL JESÚS”. Los invitamos a escuchar el Nº 36. “Tan pequeño como Mingo”.
2. JOSÉ ANTONIO PAGOLA
Si ponen en google “Comentarios bíblicos de José Antonio Pagola” se van a encontrar con sus reflexiones sobre los textos del domingo. Para cada domingo tiene varias homilías porque son de diferentes años.